DE NOSOTROS
Abrázame, desesperante amor, apriétame, tan loca y tan herida como cuando te arrancaba de mí. Defiéndeme del que se esconde en el camino, defiéndeme de nosotros. Arrópame con tu pelo de círculos, caliéntame y me muerdes la boca, como el lobo muerde la sangrienta herida de su presa. Aléjame del doliente unicornio. Aléjame de nosotros. Colúmpiame, con tu mirada llena. Descúbreme, como a la isla o al insecto. Desordéname más y me desnudas, y me vuelves a mirar y me sonríes a golpe de tambor, desnúdame de nosotros. Escríbeme, mi amor, todos los libros. Atragántame con tu saliva. Asfíxiame con tus piernas vegetales y en el postrer fulgor de este combate aliméntame de nosotros De nosotros, XV, Iliria
Presentación
Hola, soy Miguel Ferrando, poeta, cantante clásico, escritor y quiero comenzar este blog sobre literatura y arte para compartir con todos un rincón de versos, ideas, cuentos o reflexiones literarias que se aparte del maremágnum de los contenidos habituales y nos permita deambular, sin ton ni son, por caminos de palabras y músicas, para ensimismarnos, indignarnos, para jugar o para elucubrar tramas que despisten los relatos oficiales, para interactuar y crear pequeños núcleos de resistencia.
He llamado al Blog ILIRIA, como a mi primer libro de poemas, un libro de versos caminantes, un itinerario de huida y de regreso justo a la orilla de los imperios, por una región de barrancos y valles habitada por los dioses y los monstruos, por los profetas y los héroes, que un día se escaparon de sus teologías originales y vagan como niños sin saber bien lo que hacer. Empezaré cada publicación con unos pocos versos de cada uno de los 80 poemas del libro, empezando con las primeras estrofas del poema que escribí a modo de prefacio.
La primera vida de Ariadna. Episodio 14
No hubo gritos aquella mañana, las dos niñas se sentaron alrededor de la mesa, se levantaron más tar…
La primera vida de Ariadna. Episodio 13
Se revolvía como un animalito de monte cada vez que se le preguntaba por el futuro. «¿Qué quieres se…
La primera vida de Ariadna. Episodio 12
Ni le apetecía ir ni se conformaba con quedarse en casa con el padre mientras su madre, la tía Elena…
La primera vida de Ariadna. Episodio 11
Con el verano asentado se desfiguraban los horarios, las noches se convertían en auténticas fiestas …
La primera vida de Ariadna. Episodio 10
Se tenía que preparar la casa para el calor, era el primer domingo del verano, hasta las paredes se …
En hora buena Miguel! Gracias por compartir tu vida….. interior, en la que seguro, muchos nos vamos a encontrar.
Preciosos, por no saber que decir, los versos con que inicias el blog.
Esta primavera de astenia, me hacía volver a unos versos juveniles:
Me gusta vivir!
Pero me canso,
tantas cosas por hacer,
tantos años que agotar
y yo con esta indolencia mía arrebatada a saltos
justificando en un día
la ausencia de años
Qué alegría ver tus versos aquí, has metido la primavera en el Blog, y esta primavera ha de ser aún más fértil y feliz que aquéllas, cuando éramos jovencísimos, espero seguir viendo tus poemas por aquí, Pilar, y cualquier cosa…
Fantástica idea .
Es un placer , poder disfrutar de tu blog . También descubrir a otros escritores y conocer más a fondo tu trayectoria artística en todas sus facetas .
He pasado veladas muy gratificantes
y aprendido mucho con tus clases de lírica. Siempre sabían a poco.
Escuchar tus conciertos un placer para los sentidos y recordarte en óperas en el Teatro Real todo un lujo de emoción contenida.
¡¡¡Gracias !!!!!
Pero qué agradecida que eres Elena, muchas gracias, la verdad que nos lo pasamos muy bien hablando de música, o cantando para vosotros, o dirigiendo a mis chicos, tenemos que volver a todo eso, ahora además tenemos libros y versos para compartir.
Espero seguir viéndote por aquí y por otros sitios, y gracias por difundir el Blog, tenemos que llevar un poco de poesía a cada rincón. Un beso.
Muchas gracias por compartir este espacio literario con todos nosotros.
Hermosos y encriptados versos, los de inicio de tu blog.
Ya que quieres fertilidad esta primavera, os comparto mis versos escritos a la carrera en el coche, en un papelillo el 21 de marzo:
Primavera.
Los esqueletos de los árboles muertos
Resucitan
Al beso de la luz.
Reverdecen alegres
los tímidos tilos
Visitados por urracas y mirlos.
Los algarrobos ignoran la luz;
cierran sus ojos llorosos
con unas tristes vainas secas aún colgando
de sus ramas desnudas…
Prolongan el invierno,
llanto cristalizado,
y ningún ave osa
perturbar ese duelo.
Inexperto, el sol de marzo
acaricia sin piedad:
¡Despierta ya, algarrobo!
¡Saca tus hojas vivas
y deja ya caer
tus negras vainas muertas!
Cada día me sorprendes más María, unos versos muy bonitos, esa afición al algarrobo delata tus veranos en Altea, nuestro árbol totémico, nuestro pequeño baobab.
Los versos del principio pertenecen al preludio de mi libro ILIRIA, sólo quedan 80 poemas más, pondré un poco de cada uno en cada publicación, a ver si te dejan de parecer encriptados, presumo que no…, todo el mundo sabe que las palabras se cruzan y las piedras se callan, ¿no? El poemario es una especie de road movie, un camino en círculos, quizás.
Me gusta eso de que ninguna ave osa//perturbar ese duelo.
Qué bonitos lis versos de Maria. ….
Un abrazo grande para un tío grande, estaremos pendientes de tus publicaciones.
Muchas gracias amigo, me encanta verte por aquí, espero tus comentarios, otro gran abrazo.
Magnifica y generosa idea.
A ti Juan José, gracias, espero verte por aquí y leer tus comentarios.
Hola de nuevo!
Siguiendo mi relato poético primaveral, os comparto los versos del 31 de Marzo:
Subo la persiana.
El árbol del amor ha florecido.
Sus flores color magenta
son promesas audaces que caerán
empujadas por las verdes hojas
con forma de corazón roto.
Veo salpicaduras
de amapolas tempranas,
(Sorpresas rojas ,manchas de sangre en el pañuelo de Mimí…)
Y unas pequeñas flores amarillas
que reniegan de esas hipis,
y no se acercan a ellas…
quizá por ser opiáceas…
quizá por sus chillidos bermellón.
Muchos árboles despiertan,
y responden al beso de la luz
con su tierno verdor recién brotado…
Sólo los algarrobos
negros, tozudos, yertos,
permanecen en su profundo sueño
con las secas vainas negras colgando,
( tan vacías,
como una vida sin amor…)
Y los álamos blancos continúan
con sus brazos alzados hacia el cielo,
clamando en muda oración
con sus ramas desnudas.