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NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA

Voy a empezar mi Blog recomendando un libro que ya podríamos calificar como mítico, escrito por quien es sin duda el más alto escritor en español del siglo XX  de ese raro género literario que es el AFORISMO, frases cortas y directas, como flechas más o menos envenenadas, como fogonazos de sabiduría intensa capaces de demoler en una o dos líneas enteras literaturas, de disolver como muñequitos de sal millones de publicaciones de twitter, de instagram…

El libro es ESCOLIOS A UN TEXO IMPLÍCITO, el autor es el colombiano NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA (1913-1994), el escritor arma toda su literatura como una colección de escolios, esto es de notas marginales, comentarios que explican ese misterioso texto implícito.

No pretendo presentar como un completo desconocido a quien personajes tan ilustres como Fernando Sabater o el marqués de Tamarón llevan años admirando, pero es cierto que su vida apartada del trasiego literario y su nula intención de convertirse en un autor conocido hubieran hecho de este Enst Jünger colombiano un auténtico Bartleby (en el más claro sentido Vila Matas), si no fuera por Álvro Mutis o por el propio hermano que se decidió a editar sus Escolios por primera vez.  Puedo decir que vivió rodeado de una inmensa biblioteca con volúmenes principalmente franceses y alemanes, que fue ávido lector de clásicos como Tucídices o Petrarca, que ejerció en su vida de banquero de postín, por más que su obra estuviera tan enemistada con el comercio, que fue llamado el Nietzsche hispano y que en los último 50 años de su vida apenas abandonó su bulliciosa Bogotá, pero antes de proponer un juego literario creo que lo único coherente con don Nicolás será exponer unos pocos de sus Escolios:

Limitar nuestro auditorio limita nuestras claudicaciones.
La soledad es el único árbitro insobornable.
Cada día le exigimos más a la sociedad para poder exigirnos menos.
Una existencia feliz es tan ejemplar como una virtuosa.
El tránsito de un libro a otro se realiza a través de la vida.
El progresista siempre triunfa y el reaccionario siempre tiene razón.  
La «psicología» es, propiamente, el estudio del hombre burgués.
El mal, como los ojos, no se ve a sí mismo.
Que tiemble el que se vea inocente.
La interrogación sólo enmudece ante el amor.
«¡Para qué amar», es la única pregunta imposible.
La «cultura» no es tanto la religión de los ateos como de los incultos.
La frase debe de tener la dureza de la piedra y el temblor de la rama.
Quien tenga curiosidad de medir su estupidez, que cuente el número de cosas que le parecen obvias.
El creyente sabe cómo se duda, el incrédulo no sabe cómo se cree.
Raro es el muerto al que la muerte no le queda demasiado grande.
Nuestra sociedad insiste en elegir a nuestros gobernantes para que el azar del nacimiento, o el capricho del monarca, no entreguen el poder, de pronto, a un hombre inteligente.
Las revoluciones son perfectas incubadoras de burócratas.
En épocas como ésta, el que tenga orgullo no puede rebajarse a la «altura de los tiempos».
El castigo del idealista consiste en el triunfo de su causa.
El individuo no se vuelve interesante mientras no se desilusiona.
La cultura es herencia de familia. O secreto entre amigos.
Lo demás es negocio.
Creer se asemeja más a palpar que a oír.
Las minorías que se vuelven mayorías siguen creyéndose valientes.
La libertad florece mejor entre las leyes malas que entre las nuevas.
El mundo moderno no será castigado.
Es el castigo.
Escolios a un texto implícito (ARS BREVIS) (Spanish Edition)
Gómez Dávila, Nicolás

No diré que he elegido estos aforismos al tuntún, pero casi, lo difícil es dejar tantos fuera de la selección, cada uno lanza el foco de su lucidez contra un diferente elemento de nuestra existencia y seguro que nos permite mirar más allá, más profundo, más intensamente, pero también es cierto que esa lucidez deslumbra de manera casi fisiológica al que pretende el descanso acomodaticio, al acostumbrado a las verdades estables, convenientes, oficiales.

Propongo el juego de buscar pues ese Libro Implícito, hacer un poco más sustantiva esa metáfora que Gómez Dávila definió como la religión democrática, queotros han imaginado como la completa modernidad desde Freud y Marx. Creo que su literatura no es mera crítica constructiva, sus aforismos afirman y  establecen  un ideal crítico, profundamente humano y profundamente interesado en las verdades de siempre, en las verdades más humildes y quizás más necesarias,  el Libro Implícito ha de contener los Evangelios y a Homero, casi todo Platón y Montaigne, pero además ese libro ha de ser un fiel notario de cada paso de los hombres por esta tierra, de cada mentira repetida, de cada revolución perdida, de cada miseria y de cada luz.

Invito pues a que le leamos y cuando ya lo conozcamos acotemos, describamos o formulemos ese Libro Implícito.

7 comentarios en «NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA»

  1. Me quedo con el último:

    El mundo moderno no será castigado.
    Él es el castigo.

    Desde luego… y eso que no llegó a ver el panorama del 2023… murió en los años 90…
    Se nota que era un ser clarividente.
    Gracias por compartir su obra.
    Un abrazo a todos.

  2. No te veo muy optimista, pero don Nicolás lo era, supo elegir y quedarse con lo mejor de lo que había, se definió como «cazador de sombras sagradas sobre las colinas eternas». Un día nos levantamos pronto y nos vamos de caza por allí…

  3. Muy interesantes los Escolios,
    Nunca había oído esa palabra.
    Tienen mucha miga y sapiencia sus pensamientos. Algunos muy abstractos.
    Los estoy leyendo varias veces..
    Igual me atrevo a soltar alguno . 😄

  4. Interesantes puntos de vista los de este autor para mi desconocido, como los escolios.
    Gracias por proponer el juego de la búsqueda de ese libro, al que me propongo echar el guante y un par de ojos lectores.
    Saludos desde Lliria Miguel!

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